Nueva Área Protegida en el Chocó Biogeográfico Caucano, fue establecida por indígenas Eperãra Siaapidarã
Cuatro comunidades indígenas Eperãra Siaapidarã del Resguardo Calle Santa Rosa en río Saija, en el municipio de Timbiquí, Cauca, en un proceso liderado por la Fundación Ecohabitats, la Corporación Autónoma Regional del Cauca – CRC y el apoyo de Rainforest Trust, establecieron un área protegida de aproximadamente 12.000 hectáreas denominada “Reserva Tradicional Natural K´õk´õi Eujã – Territorio de la Rana Dardo Dorado”
Los Eperãra Siaapidarã son uno de los grupos indígenas en vía de extinción, según el Auto 004 de la Corte Constitucional. Habitan en las selvas bajas del Chocó biogeográfico en el departamento del Cauca. Su cultura ha estado ligada a la Rana Dardo Dorado (K´õk´õi) (Phyllobates terribilis) una de las más hermosas y a su vez más venenosas del planeta, que sólo habita en esta área.
La tala, la minería, el saqueo para el comercio ilegal son las causas que actualmente tienen al borde de la extinción a esta rana y la biodiversidad al igual que a las comunidades Eperãra Siaapidarã y su cultura.
En un ejercicio participativo y de empoderamiento a estas comunidades para la toma de decisiones sobre conservación, la Fundacion Ecohabitats, la Corporación Autónoma Regional del Cauca y Rainforest Trust, desarrollaron desde diciembre de 2017 la ruta de declaración de áreas protegidas (Resolución 1125 de 2015 del MADS) , pero en esta ocasión, como un ejercicio piloto para el país, aplicada en el marco de la autonomía y el derecho propio de las comunidades indígenas.
La valoración de la iniciativa, las caracterizaciones biofÍsicas y socioeconómicas, la definición de los límites del área protegida, la identificación de presiones y amenazas al área, al igual que la definición de objetivos y especies de fauna y flora a proteger, se desarrollaron previo proceso de dialogo de saberes entre profesionales de Ecohabitats, CRC y sabedores y sabedoras tradicionales (Jaipanas, médicos tradicionales, yerbateros, curanderas, parteras), además de contar con la autorización de la Tachinabe (máxima autoridad tradicional).
De esta manera se conformaron expediciones de campo interculturales y se capacitó a un grupo de jóvenes en Sistemas de Información Geográfica, quienes en un ejercicio interno y autónomo, en asamblea con mayores, autoridades tradicionales y demás miembros de la comunidad, a partir de la información obtenida, teniendo en cuenta su plan de vida y la necesidad de garantizar el uso de su territorio para las generaciones futuras, delimitaron como Reserva Tradicional Natural, un área cercana al 50% de su territorio.
Luego de realizar un intercambio de lecciones aprendidas sobre mandatos propios para la conservación con indígenas del Macizo Colombiano, las comunidades indígenas Siaapidarã de Las Peñas, La Sierpe, Málaga y Calle Santa Rosa, acordaron el Mandato que establece las bases para el manejo del área a conservar.
El desarrollo de esta ruta para la identificación y creación del área protegida, como un respeto por la cultura, se apoyó en documentos escritos en SIA, la lengua de los Eperãra Siaapidarã. Igualmente, todas las reuniones se realizaron con traducción español-SIA-español.
La sistematización del proceso de declaratoria del área protegida se constituye en un piloto a nivel Latinoamericano. Lo significativo y novedoso de este proceso es que el área protegida se ha establecido en el marco de la autonomía y derecho propio indígena, la cual será reconocida por la autoridad ambiental CRC como Estrategia Complementaria de Conservación, y aportará significativamente a las metas de conservación nacionales y globales y al desarrollo del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Colombia – SINAP. Paralelamente la CRC con el Resguardo, adelanta el proceso de Consulta Previa, mediante el cual las comunidades decidirán, si además de estas declaratoria propia establecen una categoría en el marco del SINAP.
De esta manera los indígenas del Pueblo SIA Eperãra Siaapidarã, con su Reserva Tradicional Natural K´õk´õi Eujã, teniendo como símbolo la Rana Dardo Dorado, le demuestran al planeta su compromiso con la conservación de la vida y la cultura, y esperan ser acompañados y apoyados en la implementación del Plan de Manejo de esta área protegida.